| Abstract |
El triticale, fruto de una cruza entre el trigo y el centeno, rinde más que sus progenitores en dos tipos de condiciones marginales: las tierras altas donde los suelos ácidos y las enfermedades foliares constituyen un problema y las zonas semiáridas en las que la sequía suele afectar la producción de cultivos. En este documento se examinan los patrones de utilización del triticale entre los minifundistas de una región montañosa tropical, la Meseta Tarasca de México, donde se cultiva el triticale desde hace más de 20 años. En la Meseta Tarasca de México, el interés de los minifundistas en el triticale se originó en los ensayos que realizaron con este cultivo como forraje, y consideraron brevemente el potencial del triticale como cultivo para la alimentación humana sólo cuando pareció que estaban surgiendo nuevos mercados para este producto. Es posible que la investigación que se realice en el futuro para generar las variedades forrajeras que los minifundistas necesitan, requiera un nuevo análisis de la preponderancia que se concede hoy día a los triticales completos. Por último, es evidente que esta zona seguirá siendo útil para el estudio de los triticales forrajeros en vista de la gran diversidad de microambientes donde se siembra el cultivo en la Meseta Tarasca y de la larga experiencia de los minifundistas en sembrar el cereal y colaborar con investigadores de distintas disciplinas. |
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