Abstract |
Actualmente existe una tremenda variación en los maíces mexicanos. Esta variación incluye desde las formas primitivas y mantenidas por los indígenas para propósitos ceremoniales, hasta las modernas variedades de origen complejo y altamente productivas. Algunas variedades son precoces, alcanzando su madurez en más o menos 80 días. Otras son tardías, requiriendo un período de 11 meses o más para completar su ciclo. Algunos son chaparras o bajas, otras son altas; algunas tienen mazorcas y granos pequeños, otras poseen mazorcas y granos muy grandes. Algunas son resistentes a la sequía, mientras que otras no lo son; algunas son resistentes a ciertas enfermedades, otras no; y así es posible enumerar una gran lista de características diferenciales. Hay, pues, una enorme variación en lo caracteres del maíz, no solamente en cuanto a su constitución química o morfológica, sino también en cuanto se refiere a su reacción fisiológica de acuerdo con el clima, enfermedades y ataque de insectos. Un análisis cuerdo de cómo se ocasionó esta variación deberá revelar claramente algunos de los primeros pasos del mejoramiento del maíz. Se han colectado muestras en todas las principales regiones maiceras de México, América Central, El Caribe y América del Sur. Hasta hoy existen más de 5 000 muestras viables conservadas en el banco de maíz en México, más o menos el mismo número en el banco de Medellín, Colombia, y cerca de 3 000 en el banco en Piracicaba, Brasil. Muchas de estas muestras ya han sido estudiadas y clasificadas en variedades y razas. Aún cuando no podemos estar completamente seguros de cómo los diferentes tipos modernos fueron formados antes de que los genetistas y mejoradores actuales entraran en escena, mediante los esfuerzos hechos en los programas de investigación hemos acumulado, en muchos casos, suficiente evidencia que nos permite hacer postulados muy aproximados con respecto a su origen. |