Abstract |
La gran mayoría de los habitantes del mundo en desarrollo dependen directa o indirectamente de la agricultura para obtener sus alimentos y su sustento. Solos el maíz y el trigo proporcionan casi el 50% de alimentos por peso y 25% de las calorías que consumen los 4.9 mil millones de habitantes de los países en vías de desarrollo. En gran parte de África, la tierra –que tiene que producir alimentos para la población, sostener los sistemas de producción y proteger los cultivos de los agricultores– no puede mantener el ritmo de la demanda, ni siquiera cuando las condiciones climáticas y políticas son estables. Más de 500 mil millones de personas dependen del trigo y el maíz pero, desafortunadamente, tienen poco o ningún acceso a insumos agrícolas, los suelos que cultivan son improductivos, o tienen que ingeniárselas para trabajar en condiciones climáticas desfavorables. Con una población que crece constantemente, con menos tierra apta para la agricultura y problemas relacionados con el agua y el clima, que parecen agravarse año tras año, las soluciones de antaño no son aplicables a los problemas de hoy. En este informe nos centramos en la sequía, uno de los problemas más graves en los sistemas de producción de trigo y maíz, y en las medidas que el CIMMYT está adoptando para ayudar a los agricultores a resolverlo. Una de las principales prioridades es encontrar la manera de que los rendimientos de maíz y de trigo sigan siendo altos y estables con menos agua. Trabajamos en el fitomejoramiento para generar plantas que utilicen el agua de manera más eficiente, y en el campo, para ayudar a los agricultores a conservar y hacer un mejor uso de la humedad del suelo. En los siguientes artículos encontrará un recuento de los avances que a la par con nuestros colaboradores hemos logrado. Por ejemplo, la creación por parte del CIMMYT de un método de “cruzas inteligentes” para generar variedades de trigo más tolerantes a la sequía; y la aplicación de un sistema de mejoramiento alterno internacional descentralizado, es decir, una extensión del método que se ha utilizado desde hace tiempo en México para ensayar y adaptar variedades tolerantes a la sequía a las diversas condiciones de cultivo en el mundo. Otro logro que vale la pena mencionar en la adopción de las prácticas de la agricultura de conservación es que generan ahorros de suelo, agua, dinero y tiempo para los agricultores, y beneficios para el medio ambiente. Ésta es ciencia a escala mundial que produce resultados a escala local. |